Finalmente había llegado el día que Brent tanto había estado esperando. El Gran Baile Anual de Ciudad Valentía estaba a la vuelta de la esquina, aunque el muchacho tampoco se sentía exageradamente motivado. Él estaba sentado sobre su cama, en un estado de gran reflexión. Se encontraba dispuesto a decirle a Jenna que todavía seguía enamorado de ella. ¿Qué mejor manera de declarársele a una chica, que en uno de los más prestigiosos bailes de todo el mundo?
Sin embargo, aquello también le provocaba una nueva ansiedad a Brent. ¿Qué pasaría si Jenna lo volvía a rechazar? Bueno, simplemente el muchacho no era de los que se rendían fácilmente a pesar de las adversidades. Existió la posibilidad de que Brent haya pensado en rendirse en distintas ocasiones y situaciones, pero jamás se rindió ante algo. El hecho de renunciar era algo que Brent no soportar. Aunque, pensándolo bien, él estaba por urse de su hogar momentos antes de que El Reino Central fuera atacado, y no se podía olvidar mencionar la vez en que… se podía recordar aquella ocasión en la… ¡Rayos! ¡Pensar en ese tipo de situaciones no ayudaba mucho al chico!
El heredero del caos y el orden decidió tomar una ducha rápida y alistarse para el evento. Matt los llevaría a él y a Jenna hasta el «Gran salón de la Valentía» para registrarse como pareja, sin importar que no lo eran, solo serían dos amigos en un importante momento. Además, Brent también tenía muchas ganas de estrenar el traje que le habían regalado los padres de Mike y Sue, pero no dejaba de pensar en el alboroto que la maga del fuego haría si Jenna aceptaba ser su novia.
—¡Basta! —Se dijo el propio Brent—. ¡No puedo estar dudando de mi decisión! ¡Hoy será el gran día en el que declararé mi amor a Jenna!
El chico se colocó el traje con una rapidez y la mente despejada. Al menos hasta que se dio cuenta de que él no tenía idea de cómo anudarse la corbata. ¿A quién podía acudir por ayuda? Definitivamente a Mike ya le había pedido bastante. Oswald sabía lo mismo que él, nada. Umar era una decisión bastante aterradora. La única opción disponible era el hijo del presidente de Ciudad Valentía, aunque también le pidió bastante con las clases de baile.
Minutos después llegó el momento de dejar la habitación. Con cada paso que daba, Brent sentía que su ansiedad aumentaba una vez más, aunque estaba dispuesto a declarar su amor por la única chica de la que se sentía enamorado.
El muchacho usó el tele-transportador que lo condujo hasta el primer piso del hotel, y en el camino, se encontró con Jenna. La chica portaba un elegante vestido con brillos que parecía ir en combinación con el traje que llevaba puesto Brent, lo que sinceramente llegó a impresionarlo bastante.
Jenna también se dio cuenta de la presencia del chico y lo saludo de una forma bastante alegre. Brent casi se sonroja, pero se contuvo a tiempo. Todavía no era el momento de pasar al acto.
Los dos continuaron hasta la salida del hotel y comenzaron a buscar señales de Matt, lo cual llevó poco tiempo, ya que segundos después, el hijo del presidente de Ciudad Valentía apareció conduciendo un Vehículo-Volador de último modelo, justamente de una marca que al heredero del caos y el orden le era muy conocida.
—Es un Geo 3020 color azul con meta-aerodinámica. —Comentó un Brent acompañado de un aire de nostalgia.
—¡Así es, amigo! —Exclamó Matt, antes de notar la expresión del chico—. ¿Qué sucede, Brent?
—Geos Aire móvil, la empresa que mi abuelo creó con sus propias manos. —Respondió el chico—. Cuando yo era pequeño, él solía llevarme a su oficina todos los fines de semana. Aunque en realidad, siempre noté que le gustaba más su otro empleo.
—¿Tu abuelo es el creador de Geos Aire Móvil? —Preguntó Matt con gran asombro en su rostro.
El muchacho asintió con la cabeza, y unos segundos más tarde, Jenna intervino.
—Creo que es mejor que nos vayamos de una vez. —Dijo la chica—. No será bueno que lleguemos tarde.
—¡En eso tienes razón, querida! —Exclamó Matt—. ¡La gente suele ponerse algo fastidiosa!
¿Acaso Matt llamó «querida» a Jenna? ¿Y por qué ella lucía más alegre que de costumbre? Algo definitivamente estaba un poco raro, pero el muchacho pensaba que ambos estaban algo alegres y ansiosos por asistir al baile.
La chica se sentó al lado del hijo del presidente de la ciudad, y Brent en la parte trasera del transporte del mago aural. Matt parecía estar mirando a Jenna cada treinta segundos, lo que incomodaba a Brent, y después, al hijo del presidente de Ciudad Valentía se le ocurrió saber más sobre la familia del heredero del caos y el orden .
—¿Y qué fue lo que sucedió con tu abuelo? —Preguntó Matt, lo cual fue un duro golpe para Brent. Ya entiendo. —Añadió el mago aural—. Lo lamento, no debí preguntar.
—Da igual. —Comentó Brent—. Aunque yo lo quiera de vuelta a él y a la abuela, eso jamás sucederá.
Al cabo de unos minutos, los tres arribaron al Gran salón de la Valentía. Brent le pidió a Matt que le enseñara a anudarse la corbata, y en ese instante, Jenna soltó una risita, provocando que el chico se ruborizara por completo, aunque la chica no se dio cuenta de la reacción del muchacho. A Matt le pareció más fácil anudarle la corbata a Brent, para así ahorrar algo de tiempo, aunque le prometió que le enseñaría a hacerlo después del baile.
—¡Eso es todo! —Anunció Matt, luego de arreglar la corbata de Brent—. Vayamos a la mesa de registro para asegurarnos de que todo se encuentre en orden.
Brent y Jenna siguieron a Matt hasta la entrada del salón. En el lugar había un gran escritorio doble en la que se encontraban dos recepcionistas que buscaban los nombres de los invitados en una lista digital. También habían dos filas llenas de personas deseando participar en el baile.
Después de veinte minutos, las recepcionistas encontraron rápidamente los nombres de Brent y Jenna. Matt prácticamente no necesitó de algo para verificar su identidad. Dentro del Gran Salón de la Valentía se veía una gran pista de baile, y en el segundo piso se encontraban un gran número de mesas con manteles blancos o rojos. El sitio tenía grandes candelabros de oro, magníficos cuadros elaborados por los mejores artistas de la ciudad, una enorme alfombra roja, un bello tapizado de color crema, y también un pódium elaborado para algún mensaje del presidente de la ciudad, claro, tampoco se podía olvidar que también había un escenario elaborado para cantar.
—Me preguntó a quién traerán en esta ocasión. —Gruñó Matt—. Se supone que la temática de este año son las lenguas del mundo de los países y continentes y conozco poca gente que hable esos idiomas.
Más gente comenzó a entrar y algunos más bajaban las escaleras. La iluminación bajó, y entonces, una música tranquila comenzó a escucharse. Matt se despidió de Brent y Jenna ya que tenía que estar al lado de su padre. Otras personas aparecieron arriba del escenario, acompañando a un hombre alto, delgado y con el cabello de color morado. El tipo llevaba un traje color blanco y unos zapatos negros.
—¡Hola a todos! —Exclamó el sujeto con una voz entusiasta—. Hoy es un gran día para amar. Un día para estar cerca de las personas que más aman, y crear su propia historia de amor. Así que esta canción es para ustedes.
Por todo el salón seguía escuchándose aquella música ligera, y entonces, el hombre de cabello morado comenzó a cantar con un tono relajante que iba en sincronía con la música. Brent y Jenna se acercaron un poco más, y se sujetaron para comenzar a bailar, y luego, los dos comenzaron a moverse al ritmo de las música juntos.
Jenna estaba sorprendida y alegre por Brent. En verdad le agradó saber que el muchacho había conseguido aprender a bailar antes del importante evento.
De acuerdo con la amiga del muchacho, el hombre cantaba sobre una pareja que se separaría debido a que el hombre tenía un trabajo muy importante, o algo así. Él lo era todo para su pareja. A Brent le pareció que la canción era algo triste, pero que también mostraba un buen lado del amor.
—Jenna, hay algo que quiero decirte. —Comentó Brent, armándose con gran valor para lo siguiente que diría a la chica de la que estaba enamorado–. Yo sé que hemos tenido nuestras diferencias, pero yo quiero que seamos más que amigos. ¿Te gustaría ser mi…?
Jenna bajó la mirada, aunque quedó claro que no le iba a gritar al muchacho. Más bien, ella tenía el semblante de no querer Brent terminase con aquella frase.
—No, Brent. —Dijo la muchacha, evitando la mirada del heredero del caos y el orden—. Ya tengo novio.
Aquello fue un gran impacto para el jovencito. ¿Acaso se trataba de Mike? ¿Sería Oswald? ¿Sería posible qué Umar…?
—Matt me lo pidió ayer por la noche. —Mencionó Jenna—. Se puso muy feliz porque le dijiste que nos acompañara después del baile. Él y yo hemos estado saliendo desde que llegamos a Ciudad Valentía, y entonces, ayer me pidió que me convirtiera en su novia. Yo lo lamento mucho, Brent.
El muchacho sintió un terrible vacío por dentro. ¿Por qué Matt traicionó su confianza? Brent sintió unas terribles ganas de demoler a golpes a ese sucio traidor. Definitivamente lo quería destruir, y luego, Jenna se alejó un poco al notar la reacción del chico. Él fue tras ella, al menos le interesaba terminar el baile a su lado, pero la chica no parecía estar de buen humor.
—Lo siento, Brent. —Dijo ella—. De verdad no estoy a gusto con todo esto. Ya me cansé de lastimarte con esto que no creo que jamás se convierta en otra cosa. No puedo.
—Podemos continuar al menos con el resto del evento si me lo permites. —Dijo Brent—. Aunque sea como amigos. En fin, llevamos años siéndolo y lo único que no quiero perder es tu amistad.
Ella lo abrazó con fuerza y comenzó a llorar sobre su hombro. Brent también quería soltarse a llorar, pero decidió mantener intacto el poco orgullo que le quedaba. Una canción todavía más triste comenzó a escucharse, por lo que Jenna se marchó, dejando solo al chico, y entonces, el muchacho rompió en llanto. Su corazón había quedado roto.
ns 172.70.43.177da2