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El aire se había vuelto tan denso que parecía solidificarse. Los únicos sonidos que rompían el silencio eran los jadeos de aquel tipo, que sonaban como un fuelle roto, tensando los nervios de todos con cada respiración.
"Oye, amigo, ¿quién eres?" Lu Feng no pudo evitar torcer la comisura de su boca, rompiendo ese silencio inquietante. "Tienes pinta de ser un espía enviado por el viejo Wang de al lado."
El recién llegado, sin aliento para responder, agitó las manos frenéticamente, su rostro plagado de pánico. "¡No... no preguntes! ¡Corran! ¡Los de la Secta Sangrienta están llegando! Esos... esos tipos están completamente locos."
¿Secta Sangrienta?
Las pupilas de Lu Feng se contrajeron al instante, recordando de inmediato a aquellos hombres vestidos de negro que había enfrentado antes.
¡Ah, por eso le resultaba familiar! ¡Era uno de ellos!
Aunque, a juzgar por su estado, no le había ido muy bien.
"¿Eres de la Secta Sangrienta?" preguntó Tank con voz grave, blandiendo su espada gigante como si estuviera a punto de partir al tipo en dos.
El hombre negó con desesperación, casi al borde de las lágrimas. "¡N-no! Yo... yo solía ser de ellos, ¡pero deserté hace tiempo! Son... son unos psicópatas que matan sin pestañear."
"¿Desertaste?" Lu Feng frunció el ceño aún más. ¿Desde cuándo los espías enemigos llegaban con su propio guión para unirse al bando contrario?
Aylin se acercó a Lu Feng y tiró suavemente de su manga, susurrando: "Lu Feng, ten cuidado. Podría ser una trampa."
Lu Feng asintió, indicando que lo tenía en cuenta.
Observó fijamente al hombre durante un largo rato, buscando cualquier señal de engaño, pero solo encontró un rostro lleno de miedo y sinceridad.
"¿Cómo te llamas?" preguntó Lu Feng en voz baja, con un tono evaluador. "¿Por qué desertaste de la Secta Sangrienta? ¿Y por qué viniste a buscarnos?"
El hombre respiró hondo, como si estuviera tomando una gran decisión. "Me llamo Ares, soy un explorador. Deserté porque no soportaba su crueldad. Hacían cualquier cosa con tal de lograr sus objetivos, incluso masacrar inocentes. ¡No podía seguir viéndolo!"
"¿Y por qué vine con ustedes...?" Ares hizo una pausa, y un destello de esperanza brilló en sus ojos. "Escuché que están luchando contra la Secta Sangrienta. Quiero unirme a ustedes, ¡ayudarles a derrotarlos!"
Lu Feng guardó silencio.
La verdad, no confiaba del todo en Ares.
¿Y si era un infiltrado de la Secta Sangrienta, usando una táctica de "victima falsa"?
Si los traicionaba, las consecuencias serían desastrosas.
Pero, por otro lado, las palabras de Ares tenían sentido. La Secta Sangrienta era conocida por su brutalidad. No era imposible que alguien, horrorizado por sus actos, decidiera desertar.
Además, Lu Feng necesitaba desesperadamente aliados. Con solo él, Aylin, Tank y Rafael, enfrentarse a toda la Secta Sangrienta era como arrojar huevos contra una roca.
Si alguien con conocimiento interno se unía a ellos, sus posibilidades aumentarían.
"El que no arriesga, no gana," pensó Lu Feng.
"Muy bien, te daré una oportunidad," dijo Lu Feng con calma pero firmeza. "Si realmente quieres unirte a nosotros, demuéstralo. Dime, ¿cuál es la situación actual de la Secta Sangrienta? ¿Por qué me persiguen? ¿Y qué pasa con Grom?"
Ares suspiró aliviado y comenzó a hablar sin reservas.
La Secta Sangrienta era una organización maligna que operaba en las sombras desde hacía siglos, extendiendo su influencia tanto en el mundo de los cultivadores como en el de los señores. Grom no era más que un peón en su juego.
La razón por la que perseguían a Lu Feng era porque habían detectado en él un poder especial, crucial para un plan secreto que estaban llevando a cabo.
En cuanto a Grom, su rápido reclutamiento de tropas se debía al apoyo de los altos mandos de la Secta Sangrienta, quienes le habían proporcionado recursos y equipo.
"Su objetivo final es abrir un portal entre ambos mundos, saquear los recursos del mundo de los cultivadores y conquistar todo," explicó Ares con preocupación.
Lu Feng se sintió aún más agobiado. Había pensado que solo lo querían para estudiarlo, pero su ambición era mucho mayor.
"¡Tenemos que detenerlos!" declaró Lu Feng con determinación. "Ares, conoces su organización. ¿Tienes algún plan?"
Ares reflexionó un momento. "Tienen una base secreta cerca de la Fortaleza del Crepúsculo, donde almacenan suministros y entrenan soldados. Si la destruimos, debilitaremos su fuerza."
"¿Una base secreta?" Los ojos de Lu Feng brillaron. "¿Sabes dónde está?"
Ares asintió. "Sí, puedo guiarlos."
"¡Hecho!" Lu Feng no lo dudó. "Rafael, prepara un plan. Aylin, refuerza las defensas con tu poder lunar. Tank, Ares y yo iremos a destruir esa base."
Pronto, Rafael ideó una estrategia detallada.
Usando el Simulador de Derivas, analizaron todas las posibilidades y encontraron la mejor ruta de ataque.
La base estaba fuertemente defendida, con trampas y mecanismos por doquier. Un ataque frontal sería suicida.
Así que optaron por un enfoque sigiloso: usar las habilidades de invisibilidad de la Sombra Felina para infiltrarse, mientras Aylin desactivaba las trampas con su energía lunar.
Una vez listos, Lu Feng, Tank y Ares partieron hacia la base, guiados por la Sombra Felina.
Ares resultó ser un guía experto, evitando trampas y llevándolos a través de la oscuridad.
Pronto llegaron a la base: un enorme castillo en un valle, rodeado de guardias.
"Esta es la base secreta," susurró Ares. "Cuidado, no podemos ser detectados."
Lu Feng asintió, apretando su arma.
Con la ayuda de la Sombra Felina, se infiltraron en la base. Aylin desactivó las trampas, permitiéndoles avanzar sin problemas.
Al llegar al centro, encontraron un gran patio lleno de suministros y soldados entrenando.
"Este es el lugar," dijo Ares. "Debemos destruir estos recursos."
Lu Feng activó el Simulador de Derivas, analizando la situación y encontrando la mejor ruta de ataque.
"Dividámonos. Yo distraeré a los enemigos. Ustedes destruyan los suministros."
Con un grito, Lu Feng cargó contra los soldados, seguido por Tank y Ares.
Ares demostró ser un arquero excepcional, derribando enemigos con precisión.
Tank era una fuerza imparable, su espada gigante segando vidas.
Lu Feng, ágil y letal, hostigaba a los enemigos, evitando que se concentraran en sus compañeros.
En poco tiempo, la mayoría de los suministros fueron destruidos.
Entonces, una voz resonó: "¡Insignificantes ratas! ¿Cómo se atreven a desafiar a la Secta Sangrienta?"
Un anciano vestido de negro apareció en el patio, mirándolos con furia.
"¡Hoy es el fin de la Secta Sangrienta!" Lu Feng desafió al anciano.
"¡Insolente!" El anciano lanzó una onda de energía oscura hacia Lu Feng, quien apenas logró esquivarla.
Ares intervino, disparando una flecha que dispersó la energía oscura.
"¡Cuidado! ¡Es un anciano de alto rango!" advirtió Ares.
El anciano atacó de nuevo, pero esta vez Lu Feng se enfrentó directamente, desviando el ataque con su espada.
El anciano, impresionado, aumentó su poder, lanzando una onda aún más fuerte.
Lu Feng contraatacó, pero fue superado.
En el momento crítico, Ares se interpuso, recibiendo el golpe y siendo lanzado hacia atrás.
"¡Ares!" Lu Feng corrió hacia él.
Ares, sangrando, sonrió débilmente. "Estoy bien... pero tú... debes huir. No podemos vencerlo."
"¡No nos rendiremos!" Lu Feng se levantó, decidido a luchar hasta el final.
Con la ayuda de Aylin y Tank, lograron resistir.
Entonces, un rayo de luz blanca iluminó el patio: el poder lunar de Aylin, que debilitó al anciano.
Aprovechando la ventaja, Lu Feng asestó el golpe final, atravesando el corazón del anciano.
"¡No... esto no termina aquí!" fueron las últimas palabras del anciano antes de caer.
Lu Feng tomó su anillo de almacenamiento y se volvió hacia sus compañeros. "¡Ganamos!"
Pero la victoria fue efímera.
Un hombre vestido de negro apareció, lanzando un cuchillo hacia Lu Feng.
Aylin lo empujó, salvándolo.
"¡Creen que esto ha terminado? ¡La Secta Sangrienta no los perdonará!" El hombre rompió una esfera negra, llenando el área de humo antes de escapar.
"¡Maldición!" Lu Feng golpeó el suelo, frustrado.
"Tranquilo," consoló Aylin. "Lo encontraremos."
Lu Feng respiró hondo. "Necesitamos ayuda. Conozco a alguien que podría darnos una pista."
Sus compañeros lo miraron intrigados.
"¿Quién?" preguntaron al unísono.
Lu Feng sonrió misteriosamente. "Alguien que nunca esperarían."
Y así, comenzó una nueva aventura, llena de peligros y aliados inesperados.
Capítulo 8: Aliados Inesperados (Continuación)
La noche era fría, y la luna brillaba sobre la Fortaleza del Crepúsculo.
Lu Feng sabía que la batalla en el Lago de la Luna era solo el principio. La Secta Sangrienta no se rendiría tan fácilmente.
"Rafael, ¿qué crees que harán ahora?" preguntó Lu Feng junto a la fogata.
Rafael, siempre calculador, respondió: "O se retirarán a lamer sus heridas, o contraatacarán con furia. Apuesto a lo segundo."
"¡Bien! ¡Mi hacha está lista!" gruñó Tank.
Aylin, preocupada, añadió: "Somos pocos. Necesitamos más aliados."
En ese momento, una voz fría surgió de las sombras: "Tienen razón. La Secta Sangrienta es más peligrosa de lo que imaginan."
"¿Quién está ahí?" Tank se puso en guardia.
Un hombre delgado, con cicatrices y un arco, emergió.
"Me llamo Ares. Fui de la Secta Sangrienta... hasta que me traicionaron."
Lu Feng lo evaluó. ¿Un desertor? ¿O un espía?
Ares reveló su historia: su familia fue asesinada por la Secta Sangrienta, y ahora buscaba venganza.
"Tengo información," dijo Ares. "Están planeando atacar a la tribu de los unicornios en el Bosque de la Niebla. Si tienen éxito, su poder crecerá."
Aylin palideció. Los unicornios eran aliados de los elfos.
Lu Feng, tras sopesar los riesgos, extendió su mano. "Bienvenido al equipo, Ares."
Con un nuevo aliado, la lucha contra la Secta Sangrienta tomó un giro inesperado.
¿Lograrían salvar a los unicornios?
¿Qué otros secretos ocultaba la Secta Sangrienta?
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La aventura apenas comenzaba.
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