Fue una verdadera coincidencia que se encontraran ese día.581Please respect copyright.PENANAkyLrpBLuyz
“Juk ......”
Enoch siguió la voz sollozante, que hizo que su corazón se acelerara, como si estuviera poseído por ella. Entonces se encontró con Leticia, que corría hacia él, con el rostro mojado por las lágrimas. Tenía un aspecto tan lamentable y lastimoso como si hubiera sido abandonada por el mundo. Incapaz de dejarla sola, Enoch acabó llevando a Leticia a su mansión.
Sería una mentira que nadie sentiría lástima por ella, pero se sintió afortunado de haberla encontrado primero en esa noche en la que no había nadie. Por suerte, sus hermanos menores no manifestaron ninguna incomodidad y le dieron la bienvenida a Leticia, recibiéndola con afecto.
“No, arráncalas y sujétalas cuidadosamente.”
“¿Así?”
“No importa. Le daremos las fresas feas a mi hermano mayor.”
¿Cuándo se habían amigado así? Leticia y Yel estaban recogiendo fresas juntas. Enoch dijo que no era necesario, pero Leticia negó con la cabeza y dijo que era divertido y se concentró en recoger fresas.
“Tiene mejor aspecto que ayer.”
Dijo Ian mientras se acercaba a Enoch, que las observaba sin decir una palabra. Enoch asintió con la cabeza, aparentemente pensando lo mismo.
“Sí, es un alivio.”
“¿Qué pasó, hermano?”
Cuando Ian, que ayer había guardado silencio debido a la atmósfera, preguntó hoy, Enoch dejó escapar un suspiro complicado.
“Dijo que fue excomulgada.”
“¿Qué?”
Enoch seguía con los ojos puestos en Leticia, dejando atrás a Ian, que levantó la voz sorprendido. Entonces escuchó la voz húmeda que le había susurrado la noche anterior.
[Me echaron. No tengo ningún lugar al que volver, Duque Achilles........]
Un rostro que estaba triste mientras hablaba y con ganas de llorar en cualquier momento ondeaba ante sus ojos.
Sólo había pasado un día y ya se había extendido rápidamente la noticia de que Leticia había sido excomulgada de la familia Leroy. El motivo de la excomunión no se conocía con certeza, pero la gente murmuraba que era porque Leticia no tenía habilidad.
¿Es eso tan importante?
Si tiene la habilidad, es algo bueno, y si no la tiene, ¿por qué no apreciarla? El sentido común de Enoch no le permitía entender que simplemente enviara a su familia lejos porque no tenía habilidad.
“Así que finge que no lo sabes y cuídala.”
“Aunque no fuera así, pensaba hacerlo.”
“Sí, gracias.”
Enoch le dio una palmadita en la cabeza a Ian, quien había respondido con naturalidad, y volvió a su habitación. Pero tan pronto llegó a su habitación, no pudo evitar suspirar.
De hecho, ahora la situación del ducado no era buena, por lo que vivir aquí no podría ser tan cómodo como alojarse en la residencia del marqués Leroy. Deseaba sinceramente que pudiera vivir cómodamente. Pero Enoch descubrió al cabo de un tiempo que Leticia no podía vivir cómodamente ni siquiera aquí.
***
“He horneado galletas, ¿quieres algunas?”
Un día, Leticia fue a su habitación y le trajo un montón de galletas. Olían dulces como si estuvieran recién horneadas, pero Enoch no fue capaz de comerlas todas, sonrió y le dijo.
“A mis hermanos menores les gustará más que a mí.”
Fue un rechazo suave. Leticia dejó escapar un breve suspiro y preguntó con cautela.
“Ah, ¿no te gustan los dulces?”
“No me gustan, pero las galletas que hizo la señorita son deliciosas.”
“¿Qué te gusta entonces?”
“Mm.…. no estoy seguro.”
Nunca había pensado en ello, así que no respondió inmediatamente. Pero Leticia no parecía regresar hasta escuchar una respuesta de Enoch.
“Te lo diré sin falta cuando lo piense.”
Ante esas palabras, Leticia regresó con una expresión de pesar.
Ese día pasó, pero todavía en un rincón de su corazón había un sentimiento de duda. Y una tarde, unos días después, la identidad de la incomodidad desconocida comenzó a aparecer lentamente.
“¿Qué estás haciendo?”
Preguntó Enoch un día, cuando encontró a Leticia regando las flores. Leticia sonrió despreocupadamente y respondió que regaba las flores porque le gustaban. Pensó que eso era realmente cierto. Pero cuando la vio limpiando el pasillo, Enoch sintió que se le enfriaba el corazón.
“¿Qué estás haciendo?”
“¿Sí? ¿Estoy limpiando?”
No pudo aguantar más el suspiro, al ver a Leticia que tenía los ojos muy abiertos, sin saber cuál era el problema. Una voz fría salió de la boca de Enoch.
“¿Por qué estás limpiando?”
“¿No debería?”
“Sí. Ahora estás haciendo algo que no deberías.”
Enoch había dicho muchas veces que era libre de quedarse en la mansión todo el tiempo que quisiera, por temor a que Leticia se sintiera ansiosa. Pensó que eso le daría un poco de tranquilidad. Sin embargo, en cuanto se dio cuenta de que todo era una ilusión, no pudo ocultar sus sentimientos encontrados.
“Sólo quiero que la señorita pueda vivir cómodamente aquí.”
“.......”
“No tienes que hacer esto.”
Creía que lo entendería un poco cuando dijo esto, pero las palabras de Leticia, que salieron inmediatamente, derrumbaron a Enoch una vez más.
“Pensé que era algo necesario para estar aquí.”
“¿Qué quieres decir?”
“Mi familia me botó, me ayudaron y me permitieron quedarme por un tiempo, así que quise al menos encontrar algo que pudiera hacer.”
Aunque su tono fue tranquilo, Enoch apretó los puños al escuchar que se esforzaría por ser útil aquí.
Demonios......
¿Con qué palabras y heridas había estado lidiando hasta ahora?
¿También hizo eso allí?
Nunca había visto cómo la familia Leroy trataba a Leticia, pero sentía que sabía algo sobre ello. Por eso, puso cada vez más fuerza en sus puños cerrados para contener su ira.
“No te voy a echar ni a botar. Y no digas botar. La señorita no es una cosa”
“Duque Achilles...”
Dijo Enoch con una voz más seria, esperando que esta vez su sinceridad la alcanzara.
“La última vez me preguntaste lo que me gusta, pero te diré lo que no me gusta.”
Tan pronto como dio un paso más cerca, Leticia miró a Enoch con una expresión un poco ansiosa. En el momento en que sus miradas se encontraron, Enoch abrió lentamente la boca.
“Odio las relaciones que se basan en la necesidad.”
“Ah......”
“¿Entiendes lo que quiero decir?”
“¿Sí? Sí.......”
“Entonces, ¿qué debes hacer ahora?”
“¿No estoy segura ......?”
Leticia sujetó el trapo con fuerza y miró de soslayo a Enoch. Su mirada decía que todavía no entendía y Enoch entrecerró los ojos. Y una vez más, se lo explicó bien.
“Deshazte del trapo, y a partir de ahora no limpies ni riegues las flores. Es solo vivir cómodamente. ¿Entiendes?”
“¡Ah! Sí, entiendo. Pero…”
En cuanto Leticia terminó sus palabras de forma vaga, las comisuras de los ojos de Enoch se elevaron profundamente. Sin embargo, Leticia habló con cuidado.
“¿Puedo al menos regar las flores? Me gustan las flores.”
“Juu... De acuerdo. Haz eso.”
“¡Y la limpieza! Creo que está bien limpiar la habitación donde me estoy quedando...”
“.......”
“.......”
“De acuerdo. Hasta ahí.”
De hecho, quería decir que ni siquiera eso. Sin embargo, Enoch se vio obligado a dar un paso atrás porque pensó que así Leticia se sentiría al menos cómoda. Pero había una cosa que quería dejar clara.
“Sólo hay una cosa que quiero de la señorita.”
Antes de que Leticia pudiera preguntar qué era, Enoch habló primero.
“Quiero que estés cómoda aquí.”
Enoch sonrió suavemente, esperando que esta vez su sinceridad la alcanzara.
Leticia, que había estado tocando sus manos de forma avergonzada, levantó la vista lentamente al oír estas palabras. En el momento en que sus ojos se encontraron, una brillante sonrisa se extendió por su rostro.
“Gracias por su preocupación, Duque Achilles.”
Ojos celestes claros lo miraron directamente. Y las comisuras de sus labios se elevaron bellamente. La sonrisa en su rostro blanco le hicieron recordar de repente el primer día que conoció a Leticia. Era un día aburrido y ordinario, sólo el hecho de que esta persona sonriera lo hacía un poco especial.
La misma sensación que aquella vez...
Enoch se esforzó por controlar su mente confusa y miró hacia la cocina.
“Yel dijo que iba a hornear una tarta, ¿qué tal si vamos juntos?”
“Bien.”
Leticia asintió y sonrió naturalmente. El corazón de Enoch se sintió aliviado ante su sonrisa más relajada. Ambos tuvieron una conversación ligera en un ambiente mucho más suave. Sin embargo, en el momento en que entraron en la cocina, las miradas serias de Yel e Ian los detuvieron.
¿Pasa algo?
Leticia miraba alternativamente a Yel y a Ian con cara de preocupación. Parecía que algo malo había sucedido en poco tiempo, ya que no había señales de que su expresión en blanco se aligerara.
“¿Qué pasó?”
Preguntó Enoch, que había leído el mismo amiente inusual, y Yel le entregó algo sin decir una palabra. Era una carta con el escudo imperial.
Un profundo suspiro escapó de la boca de Enoch mientras miraba la carta con una expresión tensa. Al mismo tiempo, Leticia también comenzó a sentirse inquieta.
“Tal vez algo malo sucede.......”
“¡Hermano mayor!”
“¡Hermano mayor!”
Ian y Yel se abalanzaron sobre Enoch, justo cuando intentaba preguntar qué pasaba. Mientras tanto, la carta cayó delante de Leticia.
Examen de ingreso a los caballeros imperiales. ¿Aprobado…?
Leticia, que estaba leyendo la carta, se tapó la boca con ambas manos. Ian y Yel ya estaban ocupados abrazando a Enoch y felicitándolo.
“¿Por qué son espeluznantes? Bájense.”
“¡Oh, Dios! Finalmente, después de tanta angustia aprobaste, aprobaste.
“Es sofocante, aléjense.”
“Has hecho un gran trabajo, hermano.”
Enoch hablaba sin rodeos a sus hermanos menores que se aferraban a él y no se bajaban, pero las comisuras de sus labios estaban levantadas. Incluso su empuje era débil, así que no se podía sentir sinceridad en sus palabras. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Leticia al ver que los tres se llevaban bien.
“Felicidades, Duque Achilles.”
Le dijo Leticia a Enoch, que apenas había conseguido separarse de sus hermanos menores aferrados a él.
“Gracias, señorita.”
Después de mirarse y reír por un rato, el sonido de un carruaje comenzó a escucharse desde algún lugar. A medida que se acercaba, Yel se levantó de un salto.
“¿Oh? ¿Vino alguien?”
“Voy contigo, Yel.”
Ian siguió rápidamente a Yel cuando ésta salió corriendo inmediatamente.
¿Vinieron invitados?
Inclinó ligeramente la cabeza y miró a Enoch, cuando escuchó pasos corriendo rápidamente hacia ellos desde el pasillo. Poco después, Yel e Ian regresaron, ambos con expresiones embarazosas en sus ojos.
“Hermano mayor… tenemos una visita.”
“¿Quién es la visita?”
“Eso es...”
Era difícil decirlo, así que en lugar de responder, Yel miró hacia atrás. Allí estaba un hombre muy familiar para Leticia.
“Hermano...”
No era otro que Livion que la miraba con ojos fríos.
***
Vino sin decir una palabra, lo que podía ser desagradable, pero Enoch se fue sin dar muestras de ello. Gracias a esto, Leticia pudo hablar con Livion más cómodamente. Sin embargo, ninguno abrió la boca primero. Durante un rato sólo hubo un pesado silencio, y luego, Livion abrió la boca primero con una voz mezclada con un suspiro.
“¿Por qué no me lo dijiste? ¿Sabes cuánto tiempo he estado buscándote?”
Las palabras que salieron después del silencio fueron de reproche. Leticia, que esperaba que dijera que había estado preocupado, dejó escapar un breve suspiro.
“¿Para decir eso has venido hasta aquí?”
Con esas palabras, Livion se dio cuenta de que había regañado a Leticia antes de preocuparse por ella.
“Juu… Primeramente vuelve. Vuelve y conversemos…”
“¿A dónde?”
“¿Qué?”
“¿A dónde voy a volver? No, ¿hay algún lugar?”
“.......”
Leticia ya había sido expulsada formalmente de la familia Leroy. Sabiendo eso bien, Livion no pudo decir nada. Pero eso no significaba que pudiera dejarlo pasar.
“¿Entonces te vas a quedar aquí?”
“Hermano.”
“Será mejor que vengas a mi mansión. Vive en nuestra mansión.”
En cuanto terminó de hablar, Livion, se acercó a Leticia y le tendió la mano. Significaba que debían ir rápidamente. Leticia miró en silencio hacia la gran mano y extendió la suya lentamente. Ante eso, las comisuras de los labios de Livion se elevaron suavemente. Pero Leticia, que él esperaba que le cogiera de la mano, le apartó.
“¿Qué significa eso?”
Preguntó Livion incrédulo, y Leticia respondió sin una sonrisa en el rostro.
“No quiero.”
“¿Qué?”
“Me voy a quedar aquí.”
“¡Leticia!”
Volvió a insistir Livion, pero Leticia permaneció en silencio.
Las heridas que recibió de su familia aún mostraban claramente su presencia. Todavía la perseguían en sus sueños.
Los recuerdos de ese día le vinieron a la mente uno tras otro, y agarró sus manos con fuerza.
[Odio las relaciones que se basan en la necesidad.]
La voz de Enoch penetró en lo más profundo de su corazón y no se fue.
Entonces, ¿qué es una relación que no se basa en la necesidad?
Tenía más y más curiosidad al respecto, y quería tener una relación de ese tipo a partir de ahora. Porque estaba segura de que, si lo supiera, podría olvidar algunas de las heridas del pasado.
[Quiero que estés cómoda aquí.]
La voz que había hablado con sinceridad, resonaba en sus oídos. Mientras tanto, recordó la consideración de esforzarse para no ser una carga, y su corazón se calentó. Quizás por eso, este momento frente a Livion no se sentía difícil ni abrumador.
“Te lo repito, me quedo aquí.”
“Tu lugar no está aquí.”
“No es mi hermano quien decide mi lugar.”
“Leticia.”
Leticia no rehuyó su fría mirada, y respondió, mirándolo directamente.
“Yo decido cuál es mi lugar.”581Please respect copyright.PENANAry3hLLIBUA