Fiomel, bastante preocupada, optó por salir a buscar a su esposo e hijos. El fallido intento de comunicación con Rymalan no la dejaba estar tranquila. Zaskhea la acompañó, mientras permitían que Do descansara en su habitación (ella no podía hacer labores manuales en el campo, ya que se estaba terminando de recuperar de un accidente provocado por sus hermanos Lyngba y Olda, donde se había roto una pierna).69Please respect copyright.PENANAjvRBvGpdrN
Madre e hija se dirigieron a los sembradíos de maíz, en los que Rymalan le había dicho que trabajarían ese día. Sin embargo, al llegar, encontraron las herramientas tiradas entre los brotes de las plantas, y un rastro de sangre que se adentraba hacia el bosque. Inmediatamente, Fiomel sintió una gran angustia. Algo no estaba bien, ella lo podía asegurar, y justo cuando iba a comenzar a gritar el nombre de su esposo, lo sintió. El pequeño rastro de vida que todavía emanaba del débil cuerpo de su hijo menor.
Fiomel, sin aviso previo, corrió hacia el sitio donde su ser la llamaba, y pronto llegó a lo que había sido la playa. Lo que vio le partió el corazón en un millón de pedazos. Ahí frente a ella, Olda batallaba por contener un poco de aire en sus pulmones. La criatura que lo había dañado, había mordido fuertemente su costado, haciendo que brotaran chorros de sangre por el costado del Ballos.
Zaskhea, quien había seguido de cerca a su madre, jadeaba al acercarse al lugar donde yacía su hermano, sus pulmones y garganta ardían por la falta de ejercicio; más al observar la escena, sus miembros y su mente se paralizaron, sus ojos se llenaron de lágrimas que pronto comenzaron a resbalar por sus mejillas. Cuando vio que Olda se sofocaba, dando todavía señales de vida, se movió torpemente alrededor de su madre y, suavemente se hincó enfrente de ella, protegiendo de esa manera la cara de su hermano del fuerte aire que se hacía paso hacia la isla, de parte del desierto que ahora la rodeaba. La Ballos tomó la mano derecha de su hermano más pequeño —que para ese momento ya estaba helada, a pesar de que la temperatura en la isla estaba elevada—, y la llevó a su frente, intentando hacer algo por él, aunque no supo qué. Su madre tomó firmemente con ambas manos la mano izquierda de Olda, mientras recitaba cosas en Brichea Andii tan de prisa, que Zaskhea no le entendió más que unas cuantas palabras; entre las cuales, hijo, vida y espíritu, se hicieron más evidentes.
Unos instantes después, Zaskhea notó que la respiración de Olda se hacía más suave y regular, como si ya no le costara trabajo hacerlo. Notó también que las heridas que tenía en el costado dejaban de sangrar un poco. Eso la extrañó, pero no había tiempo de hacer preguntas.69Please respect copyright.PENANAK6rGMV5JlR
“Zaskhea, regba, hay que llevar a tu hermano a la casa. Ven, ayúdame a levantarlo” la voz desquebrajada de su madre la distrajo de sus observaciones.
Entre las dos alzaron con cuidado a Olda, y caminaron con un paso firme, pero rápido hacia la casa de piedra. 69Please respect copyright.PENANAtYcUtsMB97
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