Olda caminaba junto a Dolan. Las heridas que el Ballos había sufrido hacia un par de meses punzaban intermitentemente, y por esta razón normalmente se atrasaba un poco en las largas caminatas. Do era la que habitualmente caminaba junto a él, pero en esta ocasión estaba recibiendo una lección de Brichea Andii de parte de su madre. Por lo que el Mëentu se había ofrecido a caminar junto a Olda, para hacerle compañía.
“Da, ¿te sientes bien?” Dolan le preguntó, buscándole la mirada.
“Sí” Olda mintió, mientras intentaba no retorcerse del dolor. El Ballos, con el fin de evadir la mirada de su acompañante, clavó sus ojos en sus zapatos, que tenían un poco de arena, y procedió a montar un gran espectáculo para sacudirla. Repentinamente recordó una conversación que había tenido con su madre algunos días atrás, lo que le hizo a su vez recordar que quería preguntarle algo al Mëentu “¿Dolan?”
“¿Hmm?”
“¿Cuántos años tienes?”
El Mëentu suspiró levemente “¿Por qué me preguntas eso?”
El joven se encogió de hombros, y postró su mirada sobre su madre y hermana gemela, quienes caminaban un poco más adelante que ellos “No sé. Hace unos días mi mamá me dijo que ella tiene 174, y me dijo que papá tiene 204. Supongo que tú también tienes más años de los que aparentas”
“Uhm, a ver si entendí. Piensas que tengo muchos más años de lo que aparento porque soy… ¿serio? ¿Cómo tus padres?” el Mëentu le preguntó algo dolido.
“¿Tú? ¿Serio? Para nada” el Ballos soltó una carcajada “Quizás cuando llegaste el día de cambio de años a mi casa… quizás entonces pude haber pensado que lo eras, pero ahora que te conozco un poco… No, no. Tú eres como Zaskhea”
Eso hizo que el Mëentu, sorprendido, se detuviera abruptamente “¿Por qué lo dices?”
Olda sacudió enérgicamente la cabeza, rebosando de alegría “Porque ambos piensan que son muy maduros, y la realidad es todo lo contrario”
Dolan quiso reír, pero su sorpresa lo hizo resoplar por la nariz “Vaya, Da. Nadie, nunca, me había dicho eso”
El Ballos se encogió de hombros “Es la verdad” pero Dolan seguía estupefacto “Uhm… vamos, no es que no seas maduro… Creo que lo que te intento decir es que muchas veces tienes una visión más ‘inocente’ de las situaciones. Zaskhea es igual, aunque creo que ella sí es muy ingenua en ciertos asuntos. Por esa razón quería saber cuánto tiempo llevas viviendo. Mera curiosidad”
“Ah, bien. Si solamente es por eso” Dolan sonrió brillantemente, revolviéndole el cabello al joven “Tengo 151 años”
“151” el Ballos repitió en voz baja. Los dos caminaron lado a lado, lentamente, sin hablar por un rato. El Ballos meditaba sobre la edad de sus padres y de Dolan, aunque le costaba comprender cómo alguien pudiera tener tantos años de vida y no aparentar dicha edad. Y ese pensamiento lo llevo a otros “Y, ¿naciste con poderes?”
“Sí. Yo nací en Thenda, el lugar a donde vamos. Mis padres me invocaron a mí y a mis hermanos ahí”
“Entonces, ¿hay una diferencia entre que nazcas en Loemân y en… Nda”
Deberás saber que a Olda le costó un poco más que a sus hermanos aprender el Brichea Andii. De hecho, si te soy honesto, Olda no hablaba bien el Loemâncye, por lo que, cuando tuvo que aprender otro lenguaje, estuvo muy renuente a hacerlo.
Dolan ya había notado que al pequeño Ballos se le dificultaban las lenguas, pero, a pesar de ello, no se lo mencionó en ningún momento (a diferencia de Mnanoz, como podrás imaginarte) “Sí, hay una gran diferencia, Da. Si una pareja de descendientes desea tener hijos propios, tiene un par de opciones.
“La primera es que puede ‘invocar’ a sus hijos en Thenda, a los pies de una montaña de la tierra a la que vamos. Ahí se debe realizar un ritual para convocar a sus descendientes. La segunda opción es hacerlo fuera de Thenda, es decir, en algún lugar de Loemân, pero para esta opción, es la Mëentu la que debe ‘prestar’ su cuerpo para la generación del descendiente”
Confundido, Olda frunció el ceño.
“Bueno, Da, has visto a las mujeres humanas, ¿no? Ellas… bueno, en su cuerpo… ¡vaya!” Dolan se esforzaba por encontrar las palabras adecuadas para explicarle al joven Ballos “¿Sabes cómo es? Como una hembra de caballo, las has visto, ¿no? Se embarazan y dentro de ellas crece su pequeño bebé. En el caso de los Mëentu es igual, si una pareja desea tener un descendiente fuera de Thenda, debe procrearlo… como si fueran…”
“¿Caballos?”
El Zedlon rio a carcajadas “No, como humanos”
Olda también rio un poco, y después siguió “Y cuando una pareja es… me refiero a las parejas que son…”
“Son, ¿qué?”
“Bueno, el otro día dijiste que, si encontrabas a la persona adecuada, no importaba el género de esa persona”
“Ah, ya” el Zedlon sonrió “En el caso de que una pareja de Mëentu tenga el mismo género, la única opción con la que cuentan, porque así es la naturaleza, es invocar a sus descendientes en Thenda” Dolan le dio unas palmadas en el hombro al joven Ballos “De hecho, mis abuelos, los padres de mi papá, son ambos del mismo género”
“Ah” Olda estaba interesado en el tema “Y… si un Manu se casa con un humano, ¿solamente pueden tener a sus hijos fuera de Nda?”
“No. De hecho, según la ley de los Rhelmu, ningún descendiente se puede unir a un humano” el Zedlon se rascó la cabeza “Si no mal recuerdo, se dice que, si algún Mëentu se llega a unir sagradamente con un humano, los hijos, producto de esa relación, serán catástrofes para toda la creación”
El gemelo de Do abrió grande los ojos, pensando en Ynme “¿Una catástrofe?”
“Creo que sí” Dolan se encogió de hombros “No recuerdo. Lo leí hace muchas décadas, y como en realidad no ocurre, no se habla de ello, Da”
Olda permaneció callado un rato, imaginando la situación. ¿A qué se referiría exactamente Dolan? Una catástrofe. Algo así como… ¿algún ser maligno que destruyera todo a su paso, y que pusiera en peligro las vidas de los Mëentu y también de los humanos? ¿O solamente las cosas creadas? Y, ¿podría ser detenido?, o, ¿se tendrían que someter completamente a ese ser? ¿Era por eso que estaba prohibido por los Rhelmu?
Distraído con sus elucubraciones, el Ballos no sintió venir el creciente dolor en su costado izquierdo, que lo desgarraba de adentro hacia afuera. “Ungh” fue lo único que el joven pudo articular antes de dejarse caer sobre su costado derecho en la arena caliente del mar-desierto, respirando superficialmente, pues sentía que sus pulmones lo quemaban por dentro. Y de repente volvió a sentir cómo los colmillos de aquella bestia penetraron su piel, y rasgaron sus músculos y todo lo que se encontraron en el camino. El familiar sabor de la sangre se hizo presente en la boca de Olda, lo que en esta ocasión le causó gracia, a pesar de la situación.
“¡Da!” Dolan exclamó “Tranquilo, estás a salvo” el Zedlon colocó gentilmente su mano derecha sobre el hombro izquierdo del joven Ballos, intentando transmutar el dolor ‘fantasma’ que sentía, en alivio “¡Fiomel!” él gritó por encima de su hombro.
La cara de Olda era un testimonio del terror que sentía, sus ojos rojos llenos de lágrimas en su tensa cara, igualmente roja; y, su frente estaba marcada por varias venas protuberantes. El joven experimentaba olas intermitentes de dolor. Entre más tiempo pasaba, el dolor se intensificaba y, sin importar que tanto Dolan utilizara sus poderes de Zedlon, el joven se apresó de su suplicio evitando la ayuda del Mëentu.
Presenciando el calvario que su hijo padecía, Fiomel tiró los bultos que cargaba y corrió lo más rápido que pudo hacia el sitio en el que yacía su cuerpo. La Zedlon supo que Dolan hacía todo lo que podía para calmar el dolor de Olda, y al no tener a la mano alguna de las infusiones de hierbas que le ayudarían, tomó una decisión “Dolan, detente”
“¿Qué dices?”
La Mëentu negó ligeramente con la cabeza “No está dejando que le ayudes” ella señaló el área circundante al cuerpo de su hijo “Mira cómo se está desperdiciando la energía. No, tengo que… dejarlo inconsciente”
“Fiomel” Dolan la miró aprehensivo, pero sin dejar de pasarle energía a Olda. La Mëentu volvió a señalarle los alrededores del Ballos “De acuerdo” dijo rendido, alejándose del joven.
La madre de Zaskhea se arrodilló en la arena caliente, como había hecho tantas semanas atrás, cuando había encontrado a su hijo moribundo en las playas de Teârqao “Regba” las lágrimas de dolor que Fiomel había producido, resbalaron por sus mejillas y cayeron junto a la cabeza de su hijo, sobre la arena “Tengo que quitarte un poco de tu energía vital. Es por tu propio bien” le murmuró antes de proceder a quitarle la suficiente energía como para dejarlo inconsciente.
Olda río entre dientes, escupiendo un poco de saliva y sintiendo una fuerte punzada sobre sus costillas que, eventualmente, se hizo paso hacia su corazón. El joven Ballos se seguía aferrando a su familiar y constante compañero.
Poco a poco su madre lo fue privando de su energía. Debes saber que ella no lo hizo tan rápido como Rymalan lo había hecho con Lyngba en la celda (en aquella ocasión en la que estaba propinándole de puñetazos a Efraz), sino que se fue tomando su tiempo, no para torturar a Olda, sino para forzar a su hijo a relajarse a pesar de su aflicción.
Cuando le retiró la suficiente cantidad de energía, el joven Ballos, que ya estaba más relajado, cerró los ojos y un par de lágrimas se deslizaron de su ojo derecho hacia la arena.
“Discúlpame, dëech” Fiomel le acarició la cabeza.
Para este momento, los demás Ballos ya estaban rodeando a madre e hijo. Do, su gemela, permaneció de pie al lado izquierdo de su madre. Zaskhea estaba arrodillada, frente a su madre, del otro lado del cuerpo de su hermano, recreando la escena de tantas semanas atrás en la isla, Dolan se encontraba a su derecha. Murdice y Mnanoz estaban algo más apartados, por detrás de Fiomel y Do.
“¿Qué le hiciste?” Mnanoz horrorizada le gritó.
Su tía no le contestó, pues se encontraba procesando la energía que le había quitado a Olda, para reservarla.
“Sólo lo dejó inconsciente, pues él no permitió que le ayudáramos” Dolan le contestó.
“¿Sólo?” ella repitió.
“El poder de transmutación que poseemos como Zedlon no se puede utilizar en un ser renuente a recibir nuestra ayuda, Mnanoz” Dolan le explicó “Podemos privar a los seres de su propia energía, como lo acaba de hacer Fiomel con Olda, más no podemos obligar a esos seres a recibir una energía que no quieren o que, en principio, no es de ellos”
“Y, ¿qué es lo que tu estabas haciendo, exactamente?” Do le preguntó.
El Zedlon resopló suavemente “Trasmuté su dolor en alivio, pero él no… no lo aceptó”67Please respect copyright.PENANA8MY4nRfSIm
“Quieres decir que… ¿era la propia energía de Olda la que usaste?” Dolan asintió “Pero, ¿no la aceptó?”
“No, regba, no la aceptó” Fiomel contestó, levantándose y sacudiendo sus rodillas de la arena que se le había impregnado a sus vestimentas “Creo que lo mejor será que acampemos aquí. No quiero moverlo por el momento”67Please respect copyright.PENANAnR1LhXYgie
Silenciosos, los Mëentu montaron el campamento, robando miradas de vez en vez al Ballos inconsciente, como a manera de comprobar que seguía bien. Las horas pasaron, y, en el momento en el que los ciclos cambiaron, los descendientes se dispusieron a comer para poco después irse a dormir.67Please respect copyright.PENANAQmQZir9bxg
67Please respect copyright.PENANAj5FzLNdOlR
¤●¤●¤●¤●¤ ¤●¤●¤●¤●¤67Please respect copyright.PENANAN8vyJVpDko